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El poder de la gratitud

Una de las conductas más bonitas y que más cambios puede ocasionar es ser AGRADECIDO.

Ser AGRADECIDO con la vida, con todas y cada una de nuestras experiencias, por difíciles que sean, porque de éstas son de las que más aprendemos.

Estar AGRADECIDO con nuestro cuerpo, porque es el “instrumento” con el que nos movemos. También debemos estarlo aunque no gocemos de buena salud, porque podemos aprender y habituarnos de otras formas.

Estar AGRADECIDOS por nuestras habilidades, las cuales nos hacen únicos, ese recurso que nos da la posibilidad de difundir y realizar nuestro cometido, el que únicamente nosotros podemos cumplir.

Estar AGRADECIDO con las oportunidades que se nos presentan cada día para manifestar buenos sentimientos y llevar a cabo buenas acciones; nuestras habilidades para amar, reír, llorar… Poder ver todo lo que nos rodea, solamente con mirarlo de manera distinta.

Estar AGRADECIDO con todas y cada una de las personas que subieron a nuestro tren. Ya sea con los que mantenemos buena relación, porque nos dan la oportunidad de sacar lo mejor de nosotros, como con aquellos con los que la relación es más complicada. De todos ellos aprendemos y las experiencias que vivimos a su lado nos hacen superarnos y aprender lo que tenemos que aprender. A estos últimos es a quienes más AGRADECIDOS deberíamos estarles ya que son ellos quienes nos muestran todo aquello a lo que tenemos que dar respuesta y quienes más nos enseñan. Llamémosles aliados.

Estar AGRADECIDO con uno mismo, cuando nos cuidamos y queremos nuestro bienestar, ya sea físico o mental.

Es muy importante expresar con palabras nuestra GRATITUD. Decir GRACIAS nos muestra más abiertos, sensibles, aumenta nuestras relaciones y nos permite brotar equilibradamente.

Hay personas que no expresan su GRATITUD. Estas personas se pierden el maravilloso mundo de dar y recibir. Hay que pensar que cuando AGRADECEMOS no solamente nos mejoramos nosotros, sino también a quienes AGRADECEMOS.

La vida puede resultar extraordinaria, si la vemos como una escuela en la que aprendemos constantemente y nos ayuda a ser mejores en todo, primero por nosotros y a continuación para los demás como receptores de nuestro cambio.

Cuando de pequeños nuestros padres nos enseñaron a tener buenos modales, a la vez tenían que habernos enseñado la GRATITUD, su potencia, su fuerza y el misterio que hay detrás de ella, estoy segura de que hubiera aportado más alegrías a nuestras vidas.

La GRATITUD está situada en el escalón más alto de la escala emocional, va cogida de la mano del AMOR. Las vibraciones que transmite una persona en estado de GRATITUD son muy altas, causando así experiencias y situaciones que dan la oportunidad de seguir en ese estado. Es decir, al estar en ese estado tan valeroso transmitimos una vibraciones con las que atraemos más razones por las que estar agradecidos.

Son muchas veces las que no nos percatamos de todo lo bueno que tenemos, prestamos más atención a lo que no tenemos, o no nos gusta o nos irrita, poniendo así toda nuestra energía negativa y emitiendo vibraciones de baja frecuencia; así que esto crece.

Si hacemos lo contrario, es decir si nos centramos en todo lo bueno que tenemos, AGRADECEMOS al Universo, estaremos en estado de GRATITUD,consiguiendo energizar lo positivo y haciendo que ese bienestar crezca.

Seguramente piensas, ¿qué voy a agradecer yo, si no tengo esto o lo otro, y tengo muchos problemas?

Estoy completamente segura de que sí que tienes algo que AGRADECER. Salud, familia, hijos, hogar, comida…

Te propongo algo. Empieza desde hoy mismo, desde este momento.

Haz una lista en la que digas todo lo que puedes agradecer en tu vida. Repítelo mañana, pasado, al otro… No importa si repites las mismas cosas. Vas a comprobar por tí mismo las maravillas que creas en tu vida al encontrarte en el maravilloso estado de GRATITUD.

“Es de bien nacidos ser agradecidos”.

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