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¿Somos lo que pensamos?

¿Somos lo que pensamos?

Introducción

Todas las culturas iniciáticas advierten que el pensamiento es caótico, que no puedes confiar en tus pensamientos. Aristóteles dice: “cuidado, porque eso que creemos que es pensar, en realidad es rumia mental”.

Todas las culturas iniciáticas advierten que el pensamiento es caótico, que no puedes confiar en tus pensamientos. Aristóteles dice: “cuidado, porque eso que creemos que es pensar, en realidad es rumia mental”. En oriente se menciona el pensamiento como ilusión y lo representan con un mono que salta de una rama a otra, la banana está arriba y el mono salta y sigue saltando, pensando en cómo alcanzar la banana.

El pensamiento no se puede ordenar desde el pensamiento, la bola de nieve no se puede detener desde adentro. Al pensamiento la gente lo quiere ordenar pensando mal, así cada vez lo que hacen es gastar energías y aumentar el caos. 

Para salir del pensamiento, hay que acudir primero a la palabra.

Si te fijas, todas la biblias empiezan así. Empiezan citando que dios era LOGOS, ¿y qué es logos? PALABRA. La transformación de pensamiento a palabra. ¿Y nosotros qué vemos? ¿Vemos que dios pensó para generar? No. DIJO dios “haya luz”, DIJO dios “haya un animal”… El mismísimo dios no se quedó pensando. 

Si con nuestras palabras no generamos nuestra realidad, no nos diferenciamos del estado animal. Ellos no lo hacen porque no tienen palabras. En todos los documentos sumerios dicen que esa es la gran diferencia.

En todas las biblias se dice lo mismo que dice la física cuántica: El origen de la materia no es la materia, tampoco es el pensamiento, se trata de una cuerda que es un sonido. Esto significa que hoy estás generando cómo te va a ir mañana en la vida, con las palabras que te estás diciendo. 

El gran problema es que el humano no ha aprendido a escuchar al hablar, ni escuchar ni escucharSE. De hecho, el cerebro está dividido en dos hemisferios: en un hemisferio tenemos la palabra y en el otro tenemos la escucha. Están separados. Es una clarísima muestra de cómo ha evolucionado nuestro cerebro y lo que tenemos que lograr es la coordinación de ambos hemisferios. Y esto se logra aprendiendo a escuchar lo que decimos, porque cuando aprendemos a escuchar lo que decimos, descubrimos algo tremendo: Generamos la realidad con lo que decimos, no con lo que creemos decir.

Diferenciemos bien palabra de pensamiento porque es muy importante; una persona piensa “mañana voy a buscar trabajo, voy a pensar en positivo, voy a buscar trabajo y entonces me va a ir bien”. NO TE VA A IR BIEN. Porque le estás ordenando al universo que mañana lo que vas a hacer es BUSCAR trabajo. No lo vas a ENCONTRAR. 

Tampoco estaría bien, según este punto de vista decirlo en futuro: “voy a encontrar trabajo”, sería mejor decirlo en presente: “encuentro trabajo”. Tengo que ponerlo en un marco temporal, eso es obligatorio. 

Pero no sirve de nada decir bien la frase si al rato cuando hablas, vuelves a situar la cuestión en frases que dispersan, en “voy a encontrar”… 

La gente se pasa la vida invocando* cuestiones que son las que encuentra y cuando las encuentra no sabe de dónde le vinieron. 

Cuando alguien plantea que quiere adelgazar, lo que está planteando es engordar. Porque para adelgazar primero tiene que estar gordo. La gente no plantea “quiero estar delgado”. La gente toma el remedio para adelgazar y claro la industria precisa eso: sí te vende el remedio para estar delgado no lo vuelves a tomar, entonces, ¿qué hace la gente? Efectivamente, lo que le ordenó al universo.

Así podemos seguir en todas las áreas de la vida invocando* sin tener idea de lo que estamos invocando*. “Quiero encontrar una pareja”, encuentra DOS, no uno. Quiere encontrar una pareja. Va el sábado a bailar y le vienen hombres casados, porque no quería encontrar un hombre, quería encontrar UNA PAREJA, entonces le vienen hombres casados. “es que todos los hombres son iguales”… ¿Qué es lo que está invocando*?

Hay algo muy importante en esto que es entender que no hay margen del universo de lo que pensemos sino de lo que decimos. 

El Bhagavad Gita, (el compendio central de los vedas de la india), cita que se encarna dios entre los humanos, viene Krishna a ayudar a Arjuna, (al humano por excelencia). ¿Dónde se encarna dios cuando nos viene a ayudar?

¿Dónde se le encarnó? ¿En la esposa? ¿En un general del ejército? ¿En su espada? Se encarnó en lo que él llamaba el AURIGA, el auriga es el cochero. (AURIGA, AURÍCULA. El que escucha).

Ese es dios. Dios te está escuchando y te pide que le des instrucciones, así se piensa en la india. Es un estado de pensamiento que se llama Purusha que dice: dios seguirá las instrucciones que le das. Por eso todos los mitos de magia empiezan por la palabra mágica: ABRACADABRA. Que significa aberah kedabar, que quiere decir: YO CREO LA REALIDAD COMO HABLO, no como pienso, COMO HABLO.

Si me preguntas si es correcto decretar, te diré que eso no alcanza porque, si terminas de decretar y no te escuchas cuando hablas en la frase siguiente, ¿cuánto dura un decreto, un minuto, diez minutos? ¿Cuánto tiempo puedes repetir una frase? Las otras 23 horas y 50 minutos si tú no escuchas lo que le estás diciendo a la realidad, remas para un lado y después remas para el otro. Es el caos. ¿Todo el rato tendríamos que estar decretando? No. Lo correcto es decretar dos veces al día, y esto se aprende con los ejercicios q’eros**.

La invocación se hace dos veces al día, una al empezar el día y la otra antes de ir a dormir. Y te pregunto, ¿qué haces con tu palabra las otras 23 horas y 50 minutos del día? Tienes que aprender a escuchar y ahí viene la gran pregunta original del buda: “¿QUIÉN MUEVE TU LENGUA CUANDO TÚ HABLAS?”¿El cerebro? No, al revés, precisamente la pregunta es ¿quién habita tu cerebro? Porque cuando uno quiere hablar termina descubriendo que dice cosas que no son las que uno quería, estos ejemplos que dábamos antes. 

Simplemente yo creo que mañana quiero encontrar trabajo y le estoy diciendo a mi cerebro que mueva mi lengua para decir otra cosa, entonces viene buda y pregunta: “¿quién está moviendo tu lengua?” Ahí empieza la iniciación, ¿quién genera tu realidad? 

*poner en boca, decir

**Son los sumo sacerdote de los incas. La última rama pura de la verdadera raza inca. Estuvieron 500 años aislados en la montaña, no los pudo encontrar el conquistador ni los sistemas satelitales, no los pudo encontrar ningún sistema mientras que ellos no quisieron que los encontrasen. Cuando por sus profecías, leyeron que era el momento de darse a conocer, levantaron las barreras de energía que habían aprendido a hacer con los incas y a las dos semanas los encontraron.

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